Dime cuál es tu dolor y te diré cuál es tu esperanza
Son la misma cosa
Deshazte de ambas
Solo nos pertenece el tiempo, es lo único que nos hace
libres
Pero no sabemos qué hacer con el tiempo, y eso nos
esclaviza.
Curiosa paradoja.
Crecemos o menguamos, no está en nuestra naturaleza mantenerse
estables.
Como norma general hay que aceptar la ley del cuerpo y, a la
vez, despreciar su tiranía. El alma no
debe someterse nunca a la vejez del cuerpo que habita. Antes de eso debe
matarlo y volar, y…a ver dónde va…
La belleza siempre tiene su recompensa.
Desconfía de la propia confianza.
Buscaba el sentido a la vida mientras fumaba un cigarrillo
tras otro.
La causa de que todo vaya tan mal y de que no haya solución
es esa fortaleza del ser humano de aguantarlo todo, esa persistencia animal por
subsistir. En esa dura resistencia optamos por mantener la vida a costa de nuestros
ideales. Y es tal la voracidad de la vida que al final nos olvidamos de lo que
creíamos hasta renegar por completo de ellos. No somos más que animales. De
nada vale que solo haya un Sócrates.
Solo la sencillez me conmueve, y sólo, a quien la viste,
envidio. Los hábitos hablan por nosotros.
La mayor razón para ser optimista es que todo, siempre,
cambia.
La vida fue injusta con Sócrates, Jesucristo, Cervantes,
Lorca, y generosa con tanto mentecato. ¿Por qué no me puedo permitir
despreciarla? Lo digo bien alto: vida, te desprecio. Lo que más me duele es que
todos ellos te amaban, y confiaban en ti. Al final solo Céline va a tener
razón, y Shakespeare, cuando dice en Macbeth que la Fortuna es una prostituta.